Desde que asumí la dirección de esta revista había algo que no me dejaba descansar. Intenté no hacerle caso, como una espina de pescado incrustada con la que puedes seguir comiendo. Sé que si lo sigo ignorando pronto no podré ver a mis hijos a los ojos.
Todos los días recibimos un bombardeo de imágenes que nos impactan más allá de nuestra comprensión, la mayoría de ellas tiene poco o nada que ver con la realidad que vivimos en este país. Poco a poco nos hacemos más inseguros, más débiles, menos informados y más infelices. Bolivar dijo que la imprenta es la artillería del pensamiento: cada vez que distorsionamos la realidad en nuestras páginas estamos disparando esas balas contra nosotros mismos. [...] Descubrimos que en esta era de la sistematización de las relaciones, el sentimiento no ha muerto. Intentaremos pues, retratar a la gente como realmente es, intentaremos ser un espejo de la naturaleza. Intentaremos ser incluyentes, respetuosos y propositivos porque al final, sólo está el intento, lo demás... No es asunto nuestro.
Esta es la segunda entrada de elpezporlabocamuere, la cual inicia con la carta de un editor creado para una revista que existe sólamente en la ficción, pero que eleva su pensamiento como quisiera que muchos editores, personas que se encuentran en la realidad de la creación de los contenidos en los medios, lo hicieran, desde adentro y proyectándolo hacia los millones de ojos y oídos, todos los sentidos de la gente que comparten este presente, siempre con valentía y entrega más allá del compromiso.
Mundos descubiertos
Hace 13 años